jueves, 17 de mayo de 2012

Chan Chan (Compay Segundo) o Los que aspiran la vida a sorbitos pequeños

Hoy en el Barco había noche brasileira. En primer lugar una batucada amiga, Tacúmbala, que trasmite tanta vitalidad como las personas que la integran. La base de Tacúmbala es la samba brasileña, pero además incorporan otros ritmos como el funky, el afro, los ritmos latinos o árabes. Innovan para crecer, incluyendo voces y danza en un espectáculo que siempre termina con una sonrisa.

La brazilian night en el Barco continúo de mano de Forró du Luiz, una banda que toma su nombre y su ritmo del género músical del forró, cuyo baile es algo así como un pasodoble a la brasileña, salvando las distancias. Menos conocido internacionalmente que la samba, es uno de los géneros tradicionales más importantes de Brasil originario de la región del Nordeste.

La magia de la noche de Madrid puede hacerte viajar hasta el otro lado del océano simplemente con atravesar una puerta. Hoy el Barco sonaba a olas, caipirinha y muchas estrellas. Sonaba a la tranquilidad y la calidez de Latinoamérica, al sin miedo al contacto, al baile que te pide agarrado sin más pretensiones que reírnos mientras descubro que este baile que da dos pasos de un lado y dos pasos del otro se llama forró.

Me gusta como suena el forró, pero de entre todos los temas de la noche me quedo con una versión del "Chan Chan" de Compay Segundo, una de esas canciones que nunca me cansaré de escuchar. La música latinoamericana trasmite esa vitalidad calmada de los que aspiran la vida a sorbitos pequeños y, a diferencia de otras músicas, sus ritmos no incitan a un baile para desconectar, sino todo lo contrario: se bailan para sentir que estamos vivos. Insert coin.



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